El gobierno propuso aumentar el impuesto sobre al diésel en 50 øre por litro. Al mismo tiempo, se reducirá el impuesto de compensación (udligningsafgiften) que pagan los propietarios de coches diésel. Así, será más barato tener el coche, pero más caro llenar el depósito. La idea está aún en fase de propuesta y no se sabe cuándo se llegará a un acuerdo.